viernes, 24 de abril de 2009

"ALGUNOS DICEN QUE SOMOS LOCOS PORQUE SOÑAMOS SIEMPRE LO MISMO" *

Al estudiar las edades antiguas en la secundaria, los libros nos relatan batallas épicas con héroes que haces tareas imposibles y ganan guerras impensadas. Constantemente nos presentan personajes imposibles de alcanzar, descontextualizando a los San Martín, los Guevara, los Belgrano, los Moreno de la realidad en la que vivieron, convirtiéndolos en seres que rozan lo místico, en “locos” individualistas, en estatuas. Olvidandose que fueron personas y que por ser personas pudieron hacer lo que hicieron.

De esa forma buscan callar nuestro ser, aquel que se preocupa por el bien del otro, y nos hacen creer que es imposible transformar lo cotidiano en algo mejor, en algo mucho más humano. Nos marcan en la cabeza que solo los héroes, seres únicos con facultades inalcanzables, son capaces de llevar a la práctica dicha tarea y que nosotros, hombres y mujeres, no lo somos.

Es miércoles. El reloj suena temprano. Cada uno de nosotros se va desperezando lentamente. Algunos rinden por la tarde y se ponen a estudiar, otros se levantan para cumplir con las horas de trabajo, todos tenemos en mente el día que nos espera.

Es un una mitad de semana especial; Jornada de Protesta Nacional, organizada por nuestra querida Central, y comienzo del sistema de viandas los miércoles en Villa Sur Oeste. Días antes nos dividimos las tareas, respetando los tiempos y obligaciones de cada compañero.

A las 8:30 llega un grupo al barrio. Abelino, César y Cobani nos esperan con el mate. El resto de los vecinos salen de sus casas para recibirnos, se encuentran ansiosos y muy entusiasmados. Llegan las cocineras; María, Silvia, y Doña María, compañeras del barrio que está a cargo de preparar la comida de este miércoles. Si bien están nerviosas, al igual que nosotros, sus palabras nos calman: “va a salir todo bien, no se preocupen porque va a estar hecho con mucho amor y ese es el condimento principal para que una comida salga rica” sentencio Silvia.

Se comienza a cocinar, se pelan las papas, se prepara el agua y las ollas, se corta la carne. El guiso va tomando forma y sabor.

Son las 10 de la mañana y mientras los sabores se mesclan en el sur de la cuidad, la Plaza 25 de Mayo es el punto de encuentro del resto de los compañeros.Compartimos el lugar de lucha con ATE Rafaela. Pecheras amarillas, volantes en mano y dos pancartas con la inscripción “Que la crisis no la paguen los trabajadores” son los instrumentos con los que contamos. “A patear la calle”. Un grupo se queda en las inmediaciones de Boulevard Santa Fe mientras que otro se va hacia Boulevard Lehmann. A su vez compañeros recorren la plaza y sus calles aledañas. Conversamos con los vecinos del centro, intentamos entender sus planteos aunque con muchos no los compartimos. Escuchamos y nos hacemos escuchar.

Una hora ha pasado. En el sur los compañeros recorren el barrio de punta a punta para recordarles a todos los vecinos que al medio día estará la comida lista y que ellos se podrán acercar, con un recipiente para poder compartir con su familia. Se les entrega un folleto diseñado por Franco e ilustrado por Heraldo.

A su vez, en el centro también se reparten folletos, en ellos se expresan las demandas que como trabajadores creemos indispensables para cada Argentino: “Suspensión de todos los despidos; Apertura de Paritarias libres; Convocatoria al consejo de salario; Asignación Universal por Hijo; Seguro de Empleo y Formación; 82% móvil para jubilados; Nacionalización de los Recursos Naturales; Nueva Ley de Radiodifusión; Nueva Ley de Entidades financieras; Libertad Sindical”. Los compañeros siguen caminando y conversando. Las respuestas son variadas, se ven adiciones, en algunos casos sorpresivos, y rechazos predecibles.

11:30 horas. En el centro nos organizamos para volver por la tarde. Algunos compañeros se quedan en la cuidad a estudiar. En épocas de parciales los tiempos se acortan. El resto parte hacia el barrio.

Al llegar los compañeros, que estaban en el centro rafaelino, a la “Copa La Paloma en la Flor” las experiencias vividas se mezclan de igual manera que se mezclan los sabores en la cocina. Se respira una atmosfera especial, las charlas entre compañeros y compañeras se mezclan con risas y el buen humor. Los vecinos se acercan y entre todos proponemos bautizar con un nombre a la “vianda” de los miércoles.

Las propuestas son variadas; vianda familiar; de corazón para todos; el sol del almuerzo; muy lindo…; la mañana en la cocina y sueño de niño. La decisión se toma en plenario, todos tienen voz y voto. Elegimos “Sueño de niño”.

Llega el medio día, la comida ya esta lista. Los vecinos se acercan a buscar la vianda y a su vez comparten experiencias, sueños y anhelos. Las ollas se vacían, cada compañero del barrio recibe el plato de comida que le corresponde, que merece tener en su mesa durante todo el año, pero que este sistema macabro, en complicidad con ladrones de guantes blancos y una sociedad fatalista que cree que es “normal” que el mundo sea así de injusto, les niegan.

Queda un paso más que dar para poner fin a este primer día de la vianda “Sueño de niño” que no es menos importante que los otros. Acomodar la mesa, lavar los utensilios de cocina y dejar preparado el salón para el día domingo. Volvemos a la cuidad contentos por el esfuerzo realizado, retomando palabras de Silvia, todo salió bien no solamente porque se hizo con amor sino porque entre todos derribamos las barredas que una vez derrotadas nos permiten trabajar en conjunto respetando nuestras diferencias y multiplicando nuestras virtudes.

Quedaba la tarde. Continuar a partir de las 16 horas la jornada de protesta en el centro de la cuidad. Nuevamente nos encontramos en la plaza, otra vez nos pusimos las pecheras amarillas, estiramos las pancartas y repartimos volantes. Nuevamente nos hicimos escuchar y a su vez escuchamos al vecino que se acerca.

La tarde llega a su fin. Una pequeña “batalla” fue ganada. Felices, alegres pero no satisfechos sabemos que gambeteamos, aunque sea por un instante, los tormentos a los que nos somete este sistema capitalista. No fueron héroes los que dijeron presente. El trabajador que a su vez estudia, el ama de casa que se desdobla trabajando, el trabajador del estado que encuentra un lugar para expresar lo que siente, el docente que se considera trabajador y que está convencido que la lucha esta en el trabajo colectivo, el compañero de la villa que demuestra que los sueños no se abandonan. Personas comunes que no se olvidan que son personas comunes, hombres y mujeres como lo fueron los San Martin, los Moreno, los Belgrano, los Guevara.



*Fragmento del tema "Que bla, bla, bla..." (Teresa Parodi)

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