viernes, 23 de abril de 2010

BOLITAS DE RESISTENCIA

Tal como recomiendan los expertos y profesionales, en un espacio con dimensiones mínimas de 2 x 5 ms, en el que la tierra este lo suficientemente dura, llana, y libre de cualquier cascote, los pibes hacen un hoyito con una rama seca, con la misma y aproximadamente tres metros más allá, se dibuja la línea desde donde se medirá la habilidad y destreza de Kevin, Pitu, Mati y Leo para meter la bolita al hoyo. Asi como sucedía en la copa esa mañana, en aquel rincón del patio de vane, mucho tiempo atrás en Egipto (3.000 a.c) y en Roma, en los tiempos del emperador Cesar Augusto, los niños se batían en audaces duelos de bolitas en alguna calle o pasaje no muy transitado. Hubo una civilización griega muy culta, la de los Minoicos, en la Isla de Creta, cuyos niños jugaban con canicas pulimentadas de jaspe y ágata, ya en el año 1530 a.c.
En Nuestra América, los más pequeños nahuas, ancestros de los aztecas, jugaban a un juego muy similar al actual “hoyito”, las reglas eran similares a las que rigen en el juego de las mañanas de los changos de barranquitas. Se han encontrado variedad de modelos de canicas, las de semilla, legumbre, barro, loza, mármol, vidrio, hueso, piedra tallada, madera y piedras preciosas, lo que nos habla del nivel tecnológico y económico de la sociedad en el que eran encontrados estos juegos, siendo así que en Grecia, los minoicos por la calidad de sus herramientas y tecnología , podían fabricar bolitas de piedras preciosas, otros en cambio más austeros como los niños africanos. Los celtas y los nahuas ocupando tan solo sus manos a algunas herramientas precarias se armaban de “bochitas” de hueso de animal, de semillas de aceituna, frijoles y legumbres secas o se moldeaban con arcilla. Sin embargo, con los avances de los tiempos, esa gama de materiales se redujo casi solo a las bolitas de vidrio las que son fabricadas, ya no por quienes las utilizarían, sino por empresas mexicanas que producen alrededor del 80% de bolitas de todo el mundo.
Según Alejandro Dolina, en los 60 comenzaba a languidecer este juego en la Argentina, quien sumamente extrañado de la rápida desaparición de este juego y de las “500 mil bolitas” de todos los argentinos que alguna vez jugaron, “...Las canchas han sido arrasadas y hasta pavimentadas, los hoyos fueron rellenados, los jugadores se han visto tentados por otras disciplinas. Alguien está borrando todo vestigio del paso de las bolitas por esta tierra...”, No hay dudas para Dolina de que la extinción de esta tradición popular, así como la de muchas otras, tan profundamente enraizada en nuestra historia, vengan siendo secuestradas o asesinadas “por alguien”, que sin bacilar, llamaremos neoliberalismo.
Tanto a Alejandro como a nosotros no nos caben en la cabeza esas teorías que entienden la desaparición de estas prácticas populares, como una consecuencia natural del progreso de la globalización, a la que tenemos que adaptarnos. Ese neoliberalismo prefiere tener a Kevin, Mati, Pitu y Leo, viendo televisión, tele-domesticados, en vez de que estén compartiendo en la copa de leche “Estrella Azul” actividades recreativas, aprendiendo y jugando a las bolitas que es ir situándose bajo similares valores con los que se criaron y crecieron sus viejos y sus abuelos, esta es una de las maneras que tienen esas “fuerzas antiguas” de la que nos hablan los ingleses de la Escuela Birmingham en sus Estudios Culturales. Aunque no se sepa muy bien como, es esta fuerza, este espíritu el que nos permite resistir al violento saqueo de nuestra cultura, es como Barranquitas se va transformando ya no solo en un sector marginado y empobrecido, sino también en un nicho de resistencia ante lo que lo empobrece y margina. Nicho de resistencia en el cual nuestra copa “Estrella Azul” forma bastión importante. Verlo desde esta perspectiva nos hace ver con otros ojos la organización barrial, y nos permite incorporar un nuevo matiz al sentido del dialogo con los pibes, ahora asumiéndonos como sujetos activos de resistencia y poder establecer vínculos de trabajo colectivo y educativos que nos ayuden desarrollarnos como tales.

1 comentarios :

  1. "La identidad de los fabricantes de bolitas es un enigma. Nunca hubo marcas, ni envases, ni publicidad. Algo raro debe haber en todo esto" (AD)

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